Ir al contenido principal

Atari


(Go)

Encontrar en los juegos de tablero la sinopsis de algunas situaciones en las que me veo implicado es un ejercicio de sanación poética. Hacer de cuenta que tal cosa es posible me devuelve una sensación de alivio comparable al éxito de una buena jugada.    
El go es un juego de territorio. Una partida empezada, con sus cuentas blancas y negras formando nubes, líneas y cuadros, representa la lucha por capturar el espacio neutral. Sus dos estrategias básicas (agrupar o dispersar) son indudablemente espaciales y tienen su génesis en el concepto de la neutralidad como un imposible. No hay forma de jugar al equilibrio. Sólo la inestabilidad da lugar al movimiento. El deseo de ocupar más lugar que el otro obedece al impulso de mantenerse vivo.   
Atari  no es una jugada, es una señal de alarma. Mi oponente me está avisando que en el próximo movimiento puede capturar una porción del tablero que me pertenecía. No lo hace para advertirme del peligro, sino para obligarme a jugar como él quiere. Señalar la obviedad de que hay una sola libertad posible: la que favorece al adversario. Todo lo demás es dependencia; toda otra opción está sujeta a la continuidad del esquema, a la reproducción de la fórmula inquieta que me impone borrar al otro del mapa. 

Entradas populares de este blog

Guerra Mundial Z: la victoria del plan B

Nada de invasiones alienígenas, ni metáforas de la sociedad de consumo, ni alguna otra elaborada diacronía sobre la caída de la civilización. Hagamos una película donde los zombis sean zombis, sin vueltas. Guerra Mundial Z gana cuando hace convivir dos fórmulas que parecen opuestas, pero que se complementan muy bien: 1) Menos es más. (El argumento) Sacando una o dos escenas, en las que para que el relato continúe es necesario darle forma de explicación, la película no se detiene en buscarle la vuelta al asunto de los zombis, ni desde las conspiraciones, ni desde un probable génesis científico. Tampoco se narra poniendo el foco en la supervivencia, cosa que ya hemos visto en otros ejemplares del género. Simplemente se apoya en el saber colectivo acerca de estas criaturas y elabora una interminable sucesión de giros, basados en una misma estructura: el plan A no funciona. Desde esa premisa, el relato podría ser infinito. Voy a intentar explicarlo muy brevemente y sin spoilers. Ha...

La falla es la obra

La falla es la obra. En el tempes- tuoso mar de causas y azahares una catás- trofe o quizás una casualidad hizo fallar lo inerte por un buen rato. 🐜 . ❇ (De la biblia de los bichos. Escrita en sangre de hormigas) ❇ . ❇ (Podria ser la versión final de una obra, pero no. Nunca hay tal cosa.)❇

FEA es comunidad

Una comunidad donde el individuo tenga realmente algo que ofrecer al bien general, algo que integrar y no sólo su presencia muda y temerosa. Spinoza. Que la artesanalidad involucra el contacto, ya lo sabemos. El contacto, digo, y pienso en el vínculo con lo material, en la costura como vínculo, en las tintas, los perfumes, las texturas, los pliegues. Que hagamos libros artesanales nos pone en contacto , habilita puentes, vasos comunicantes, ensambles, nodos, sinapsis. Nos conecta con los objetos que producimos, con las personas que participan del proceso, con los proyectos que cohabitan el multiverso editorial. Hay conexión: somos en red. Es, quizás, en ese sentido, que podemos disociar la idea individualista snob de hacer libros en mi tiempo libre, de la intensidad con la que nos conmovemos hacia estos espacios de conexión verdadera: de contacto, de material, de comunidad.  Experimentamos algo de eso en la FEA, evento al que nos referimos no con siglas sino con un adjetivo que es ...