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Mostrando las entradas etiquetadas como _J.R.R. Tolkien

Viajeros de Alba y Ocaso

Se me hace imposible desligar ciertos lazos que, a la hora de leer, se imponen como un contexto ineludible, como un epígrafe invisible y único que encabeza determinados textos. Tolkien y Lewis, creo, abanderan la lista de matrimonios literarios.  No me interesa ahora entrar en la simbología filosófica ni en su baluarte del relato mitológico y esa combinación inmejorable de paganismo y cristianismo. Me detengo apenas en una observación (porque de eso se trata Bastardillas), sobre los mapas que siempre contienen más territorialidades que superficies.  El creador de Narnia sitúa la Nación de Aslan en el límite oriental del mundo, tras una imponente cortina de agua. En cambio, el autor de la Tierra Media ubica las Tierras Imperecederas en el extremo occidental. Esta diferencia es quizás menos radical de lo que aparenta, pero no puedo dejar de ver en el primero la alusión a un amanecer espiritual siempre postergado, mientras que en el segundo se trata de la melancolía de lo que se ha

Acertijos en la oscuridad

Tolkien / El Hobbit Completando el primer tercio del viaje, el mapa nos devuelve el episodio inolvidable en que nuestro Hobbit compite con Gollum en un certamen de acertijos. El resultado es una imagen profundamente plástica: sobre un fondo negro, dos cosas brillan tenues, una hoja de Gondolin y los ojos verduscos de la criatura; dos deseos compiten, la necesidad de retomar el camino, y el hambre despierto; dos realidades se reflejan en el material de la confrontación, el placer de la comida y las cosas buenas que propone Bilbo, frente a los elementos oscuros que plantea Gollum.  El procedimiento tolkieniano que se repetirá en toda su obra como un patrón, como la proporción de la que están construidas todas las cosas. Es su ladrillito Lego, con el que puso un mundo en pie y otro mundo de rodillas. "El pobre Bilbo sentado en la oscuridad pensó en todos los horribles nombres de gigantes y obros que alguna vez había oído en cuentos, pero ninguno hacía todas esas cosas. Tenía el

El camino sigue y sigue

Textos en los que hay una cartografía indispensable que convoca una y otra vez a repasar el recorrido. A anticipar lo que tiene escrito el futuro para nosotros y vivirlo con la idéntica excitación con que se busca un tesoro. Me sustraigo a la línea, al punto de tinta china, al índice y la nomenclatura, a la advertencia, al geograma. El mapa es espacio literario y estructura temporal donde todo sucedió y sucederá cada vez que mi ojo se amolde a sus sinuosidades planas. Alejandra sostuvo su ejemplar de La Comunidad del Anillo con las dos manos, abierto por la contratapa. Me preguntó cómo era posible que yo no tuviera un mapa. Sin la menor delicadeza, pero con indudable ritualidad, arrancó el mapa que estaba pegado al libro y lo puso en mis manos. Ella sabía que no era un producto de imprenta lo que me estaba confiando, sino la geografía misma de la Tierra Media.