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Stahl el memorioso

Sanchiz / Nadie recuerda a Mlejnas
(Reseña para Leedor.com)

Lejos de lo que hasta ahora entendía yo por Ciencia Ficción, pero atravesando oblicuamente su historia literaria, ha ubicado Ramiro Sanchiz una población llamada Las Piedras en la que todo parece salido del olvido más cerrado. Fragmentos de ciudad, dislocada a pocos metros de lo que podría ser la Montevideo actual, y fragmentos de historia paralela van apareciendo ante mi vista desprevenida. Y en torno a un puñado de personajes bidimensionales se estructura una historia fractal, que tiene lo que las mamushkas tienen: la capacidad fantástica de caber dentro de sí mismas.

La novela me va atrapando en un juego del que creo conocer la trampa: las aventuras de un periodista que está escribiendo una Historia de la Ciencia Ficción. Poco a poco, las ideas del autor dentro del autor comienzan a hacer pliegues en la trama, acercando puntos del tiempo y el espacio para hacerlos confluir en lo que de pronto se ha convertido en el argumento. Y he aquí uno de los hallazgos de Sanchíz: el personaje de Lestrange, un autor olvidado de la Historia, caracterizado como un Christopher Lee o alguien salido de una pesadilla de Roman Polanski, hace y cuenta: Hace de guía en un rito iniciático y cuenta un cuento que también parece fractal de la misma novela.

Creo avanzar hacia adentro o hacia abajo. La trampa es por demás placentera. El autor puso un cebo perfecto: la Historia de la Ciencia Ficción como un elemento fantástico más. Así construye Sanchíz su Nadie recuerda a Mlejnas, dosificando datos con lecturas profundas sobre el género, sobre literatura, música y política, con el lenguaje y la cultura de esta generación que también tiene algo de emergente y algo de fantástica.

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