Ir al contenido principal

Medular

Tiene que ser un esdrújulo, algo con nombre escatológico, muchas jotas y vocales cerradas y sonidos guturales impronunciables. Tenés que ser un esdrújulo, incipiente, vulcánico, brillante y oleoso al lado de mi nariz. Al lado de la nariz en el espejo del baño. Tan agudo en la cima como grave en la base, dolías y dolés.

Te veo en el espejo, acumulando humores por adentro, forzando la nariz a alejarse oblicua de su fuero. Aterrada, como queriendo salvarse de esa inminente y feroz fatalidad. Quiere oler más allá, quiere escaparse de. Era preciso extirparlo. Pero ante la sola idea de verse reventar tan indignamente, la bestia escatológica, temeraria, pujaba con más fuerza apelando a la mayor dolencia concebida. El dolor, o su inminencia, es la causa de mi inercia estática, hoy como ayer. Era preciso estallar desde las vísceras. Y mientras tanto vos, que te burlás de mí desde el espejo, perversa y cínica, acentuada y rígida, replegada a las antepenúltimas sílabas de tu existencia con el único objetivo de romperme las pelotas. Pero ahí estás, parapetado al borde del hueco derecho de la nariz en el espejo, maquinando torturas medievales desde el abismo, desde tu magma bioquímica. Acechás.

Y ante la mirada oblicua, ante la Implacable, te arraigás con más y peor vehemencia a la piel al nervio al hueso a las raíces de calcio a la médula. Y en mi cabeza desfila un centenar de imágenes grotescas: la calle ha puesto su atención en mí, soy fluorescente y tengo un mástil blanco en medio de la cara, obelisco lubricado, miembro viril desubicado, y la gente me mira pero no me ve oculto detrás de la torre, a la sombra del esdrújulo –porque tiene que ser un esdrújulo, un sarcófago, un panegírico y las imágenes rompen su formación al grito agudo del soldado que dijo ¡Ay, la reputísimamadre! Y todo el público desapareció para dejarme solo frente al espejo–.

El esdrújulo incandescente satura la imagen, y el espejo, a quien no le duele, a quien no le pasan las cosas se burla de mí describiendo mi dolor con un gesto retorcido, con una mueca de asco.

¡Mesías! Los dedos llegarán pronto. Unas uñas no muy largas se remontarán desde todos los frentes para incrustarse en los flancos furibundos del esdrújulo para revolucionarlo, para subvertirlo hasta el empacho más repugnante. Pronto, aunque no todavía, la verdad reventará frente a la imagen diagonal y refractada de la revolución. Pero todavía el dolor hormiguea desde los tobillos hasta el entrecejo. Todavía se paran los pelos de la nuca.

JPC

Entradas populares de este blog

Guerra Mundial Z: la victoria del plan B

Nada de invasiones alienígenas, ni metáforas de la sociedad de consumo, ni alguna otra elaborada diacronía sobre la caída de la civilización. Hagamos una película donde los zombis sean zombis, sin vueltas. Guerra Mundial Z gana cuando hace convivir dos fórmulas que parecen opuestas, pero que se complementan muy bien: 1) Menos es más. (El argumento) Sacando una o dos escenas, en las que para que el relato continúe es necesario darle forma de explicación, la película no se detiene en buscarle la vuelta al asunto de los zombis, ni desde las conspiraciones, ni desde un probable génesis científico. Tampoco se narra poniendo el foco en la supervivencia, cosa que ya hemos visto en otros ejemplares del género. Simplemente se apoya en el saber colectivo acerca de estas criaturas y elabora una interminable sucesión de giros, basados en una misma estructura: el plan A no funciona. Desde esa premisa, el relato podría ser infinito. Voy a intentar explicarlo muy brevemente y sin spoilers. Ha...

Diario #3 - La cisterna y el manantial

La cisterna contiene, el manantial rebosa. William Blake Hubo un tiempo (creo que muy breve) en el que muchas y muchos de quienes nos dedicamos a escribir incursionamos en la autopublicación digital. Los blogs ofrecían un espacio sin intermediarios, de una escritura fresca y periódica. Cada quien elegía cuánto tiempo dedicarle a la composición del blog, a la edición propiamente dicha. Conocí sitios lindos de navegar, algunos más estructurados que otros, algunos mejor organizados que otros. Algunos imitaban revistas, otros improvisaban blocks de notas. Hubo blogs caóticos en los que a veces estaba bueno perderse y también blogs minimalistas realmente muy bellos. Las redes sociales, que fueron condicionando de alguna manera nuestro modo de relacionarnos con los contenidos, finalmente reemplazaron estos dispositivos de lectura por algo que llamaron micro-blogging. Los mediatizaron, por así decirlo, cumpliendo así con su único objetivo.  No pretendo hacer de esto una especie de elegía ...

La falla es la obra

La falla es la obra. En el tempes- tuoso mar de causas y azahares una catás- trofe o quizás una casualidad hizo fallar lo inerte por un buen rato. 🐜 . ❇ (De la biblia de los bichos. Escrita en sangre de hormigas) ❇ . ❇ (Podria ser la versión final de una obra, pero no. Nunca hay tal cosa.)❇