La ciencia cognitiva nos devuelve al binomio alma-cuerpo. Reciclamos
el concepto ;y actualizamos la terminolgía. La mente es el software. El cerebro
es hardware.
Quizás de puro supersticioso, en un querido sarcófago de cartón,
guardo el cadáver verde y brillante de un cartucho de Nintendo. Su morfología
no permite descifrar qué clase de espíritu la habitaba. No hay nada en esos
senderos dorados que recuerde al plomero italiano de mostacho oscuro que comía
hongos para crecer y flores para ser indestructible. Ese cuerpo quieto no se le
parece en nada.
La vida está del lado del que ve, nunca en la cosa. Quien lea hoy o
mañana este acertijo seguramente participe de la misma maravilla.