Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2013

Bruxismo

No se dañan tanto los dientes mordiendo un hueso, como cuando intentan contra toda esperanza deshacer la estructura inmortal que sostiene la existencia. Masticar la nada es un esfuerzo desmedido. Más allá de los límites de la resistencia física. Se quiebran los esmaltes, se desplantan las raíces, se luxan los huesos, se lesionan músculos y articulaciones. Todo en función de tragarse los significados, soluciones nutrientes para cada uno de mis problemas.  Hay que comer. Devorarse el mundo. Devenir Pac Man: cuando no haya más que comer, se sube de nivel y el laberinto vuelve a llenarse de puntos blancos. Comer en serio, todo, con tal de no ponerse a desmenuzar la nada; con tal de no romperse las muelas tratando de asimilar el absurdo. 

Atari

(Go) Encontrar en los juegos de tablero la sinopsis de algunas situaciones en las que me veo implicado es un ejercicio de sanación poética. Hacer de cuenta que tal cosa es posible me devuelve una sensación de alivio comparable al éxito de una buena jugada.     El go es un juego de territorio. Una partida empezada, con sus cuentas blancas y negras formando nubes, líneas y cuadros, representa la lucha por capturar el espacio neutral. Sus dos estrategias básicas (agrupar o dispersar) son indudablemente espaciales y tienen su génesis en el concepto de la neutralidad como un imposible. No hay forma de jugar al equilibrio. Sólo la inestabilidad da lugar al movimiento. El deseo de ocupar más lugar que el otro obedece al impulso de mantenerse vivo.    Atari  no es una jugada, es una señal de alarma. Mi oponente me está avisando que en el próximo movimiento puede capturar una porción del tablero que me pertenecía. No lo hace para advertirme del peligro, sin...

Say my name

Incluso el cáncer, monstruo fantástico de nuestra era, átomo de toda mutación, es insuficiente para justificar la transformación de Walter White en Heisenberg. Nada lo empuja a cruzar la línea de la legalidad, más que su propia elección.  Ahí es donde se puede individualizar el ladrillito lego con el que se construye el argumento de toda la serie. Una estructura micro que se reproduce de modo fractal: pongo a White frente a una encrucijada, lo veo decidir por el camino más eficaz.   El foco no está puesto sobre la cuestión moral o la neurosis. Heisenberg calcula las repercusiones en una milésima de segundo y no duda en elegir la fórmula perfecta. La precisión matemática de su pensamiento, al igual que su extraordinaria capacidad de ver por anticipado las colateralidades desencadenadas, le dan la ventaja.  Él sabe de qué está hecho su argumento. Sabe dónde empieza y termina cada ladrillo. Cómo encastran y cuáles son las posibilidades creativas. Lo ve todo, por...