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Noche moebiana

Murakami / After Dark

Damos la bienvenida al ojo. Al punto voyeurista que sobrevuela y socava, intangible como un espectro, todo el hormiguero que ha construido Murakami para nosotros. Pasadas las horas del día, empieza el incierto paseo nocturno. Mari traza un arco desde el pie de la noche hasta el amanecer, confundiendo de la mejor manera los lados de la cinta. La oscuridad abre este camino, o mejor: deja caber las posibilidades. Estar de un lado o del otro (de la habitación, de la pantalla, del relato, del ojo observador) ya no depende de nosotros ni de ella, sino de una voluntad caprichosa y sin nombre. Obedeciendo a sus designios es que entramos y salimos del texto con la sensación de que ha pasado nada y muchas cosas, y el presentimiento de que tal vez sea posible aparecer de pronto en otro lado. Tal vez no haya sino lados posibles enredandose entre sí como la cinta en el pasacaset de mi auto.

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Guerra Mundial Z: la victoria del plan B

Nada de invasiones alienígenas, ni metáforas de la sociedad de consumo, ni alguna otra elaborada diacronía sobre la caída de la civilización. Hagamos una película donde los zombis sean zombis, sin vueltas. Guerra Mundial Z gana cuando hace convivir dos fórmulas que parecen opuestas, pero que se complementan muy bien: 1) Menos es más. (El argumento) Sacando una o dos escenas, en las que para que el relato continúe es necesario darle forma de explicación, la película no se detiene en buscarle la vuelta al asunto de los zombis, ni desde las conspiraciones, ni desde un probable génesis científico. Tampoco se narra poniendo el foco en la supervivencia, cosa que ya hemos visto en otros ejemplares del género. Simplemente se apoya en el saber colectivo acerca de estas criaturas y elabora una interminable sucesión de giros, basados en una misma estructura: el plan A no funciona. Desde esa premisa, el relato podría ser infinito. Voy a intentar explicarlo muy brevemente y sin spoilers. Ha...

La falla es la obra

La falla es la obra. En el tempes- tuoso mar de causas y azahares una catás- trofe o quizás una casualidad hizo fallar lo inerte por un buen rato. 🐜 . ❇ (De la biblia de los bichos. Escrita en sangre de hormigas) ❇ . ❇ (Podria ser la versión final de una obra, pero no. Nunca hay tal cosa.)❇

FEA es comunidad

Una comunidad donde el individuo tenga realmente algo que ofrecer al bien general, algo que integrar y no sólo su presencia muda y temerosa. Spinoza. Que la artesanalidad involucra el contacto, ya lo sabemos. El contacto, digo, y pienso en el vínculo con lo material, en la costura como vínculo, en las tintas, los perfumes, las texturas, los pliegues. Que hagamos libros artesanales nos pone en contacto , habilita puentes, vasos comunicantes, ensambles, nodos, sinapsis. Nos conecta con los objetos que producimos, con las personas que participan del proceso, con los proyectos que cohabitan el multiverso editorial. Hay conexión: somos en red. Es, quizás, en ese sentido, que podemos disociar la idea individualista snob de hacer libros en mi tiempo libre, de la intensidad con la que nos conmovemos hacia estos espacios de conexión verdadera: de contacto, de material, de comunidad.  Experimentamos algo de eso en la FEA, evento al que nos referimos no con siglas sino con un adjetivo que es ...