Ir al contenido principal

La simetría perdida

Dejar de ser árbol y raíz. De eso se trata, deformarse hasta hacer rizoma con el fondo. Como el monstruo-alfombra que habló José Watanabe y que, no por casualidad, se llama lenguado, camuflándose de idioma el nombre. Como en esta todavía tibia canción de Acorazado Potemkin.


Desert (escuchar)
Juan Pablo Fernández (2011)

Soy
lo gris contra lo gris, mi vida
José Watanabe


Andá decile al Indio que acá no va a encontrar
azúcar para su pursang
Acá no hay más pedal,
no hay nada más
que un mail que explica el amor a los cactus
y el reloj, siempre corriendo

Pero viste cómo es acá, igual, nunca falta nada
ni se cae, ni pasa, ni queda, ni sobra nada.
No hay un sobre que le escapa
al doberman que grita:
"No hay más nosotros"
y yo: siempre en la puerta...

Sueño el mismo sueño, vos sabés.
Que nos explota en las manos.

Una noche prendí fuerte la televisión
así nadie preguntaba nada.
Y la pantalla atrajo mil insectos voladores,
de todas clases y se armó un pequeño caos
y alguien escribió
que eso era una rebelión
lo publicó y luego me premió
y ahora beca me regala
el doberman que dice:
"no hay más nosotros"
y yo: siempre en la puerta

Sueño el mismo sueño, vos sabés.
Que nos explota en las manos.

En los mismos gustos, en la misma mueca,
tal vez sobre la intima, deliciosa y exquisita calidez
de nuestra comunidad y sus justos gestos, ya ves,
el desierto de cenizas que da molde a la paz
yo que nunca tuve paz, me envuelvo en esa paz,
lo gris contra lo gris, soy, loo gris contra lo gris

Sueño el mismo sueño, vos sabés.
Que nos explota en las manos.

Entradas populares de este blog

Diario #2 - La experiencia artesanal

Mi vieja nos regaló una planta de tomates cherry. Tiene como ocho o nueve tomatitos verdes que van a madurar en el balcón y los vamos a comer. No alcanza para una ensalada, pero sí para darse cuenta de lo distinto que es el sabor de la fruta cultivada sin agroquímicos, a pura agua y sol. A lo sumo un té de ajo y jabón blanco para espantar pulgones y esas cosas. Pero claro que sabe distinto. La industria alimenticia nos fue quitando el sabor de las cosas. Las frutas y las verduras transgénicas crecen fuera de temporada, soportan plagas y pestes, se aguantan el invierno, maduran más rápido, tienen color parejo y andá a saber qué otras cosas, pero ¿y el gusto? Hay otra particularidad que la industria le robó a los vegetales: su capacidad para reproducirse. Ojo ahí: hay algo importante para reflexionar sobre las frutas estériles. Pero no nos adelantemos. Porque este es un diario de escritura. Quiero decir, de publicación, que es lo mismo.  Hubo en Londres un tipo que a mitad del siglo ...

FEA es comunidad

Una comunidad donde el individuo tenga realmente algo que ofrecer al bien general, algo que integrar y no sólo su presencia muda y temerosa. Spinoza. Que la artesanalidad involucra el contacto, ya lo sabemos. El contacto, digo, y pienso en el vínculo con lo material, en la costura como vínculo, en las tintas, los perfumes, las texturas, los pliegues. Que hagamos libros artesanales nos pone en contacto , habilita puentes, vasos comunicantes, ensambles, nodos, sinapsis. Nos conecta con los objetos que producimos, con las personas que participan del proceso, con los proyectos que cohabitan el multiverso editorial. Hay conexión: somos en red. Es, quizás, en ese sentido, que podemos disociar la idea individualista snob de hacer libros en mi tiempo libre, de la intensidad con la que nos conmovemos hacia estos espacios de conexión verdadera: de contacto, de material, de comunidad.  Experimentamos algo de eso en la FEA, evento al que nos referimos no con siglas sino con un adjetivo que es ...

Diario #3 - La cisterna y el manantial

La cisterna contiene, el manantial rebosa. William Blake Hubo un tiempo (creo que muy breve) en el que muchas y muchos de quienes nos dedicamos a escribir incursionamos en la autopublicación digital. Los blogs ofrecían un espacio sin intermediarios, de una escritura fresca y periódica. Cada quien elegía cuánto tiempo dedicarle a la composición del blog, a la edición propiamente dicha. Conocí sitios lindos de navegar, algunos más estructurados que otros, algunos mejor organizados que otros. Algunos imitaban revistas, otros improvisaban blocks de notas. Hubo blogs caóticos en los que a veces estaba bueno perderse y también blogs minimalistas realmente muy bellos. Las redes sociales, que fueron condicionando de alguna manera nuestro modo de relacionarnos con los contenidos, finalmente reemplazaron estos dispositivos de lectura por algo que llamaron micro-blogging. Los mediatizaron, por así decirlo, cumpliendo así con su único objetivo.  No pretendo hacer de esto una especie de elegía ...