Ir al contenido principal

Puros ambages

Nadie que se haya aventurado a los ambages (a los de César Fernández Moreno, por ejemplo) puede negar su poder condensado, su capacidad proyectiva y creativa. Es que a partir de uno de estos extractos puede nacer una monografía, un ensayo, una tesis de doctorado. Sólo que no les hace falta. El microensayo se despoja del lastre académico, de las citas de autoridad, de los ejemplos esclarecedores, de las hipótesis y redundancias.
Pero su contundencia no radica en su brevedad, sino quizás en su potencia de despliegue y refracción. Como si se tratara de origamis invertidos, cuyas alas pueden desplegarse hasta el infinito.
No hace mucho descubrí a Alicia Poderti, quien ha sabido labrar en ambages un gran ensayo sobre los discursos culturales.

Ver su bibliografía | Descargar Ambages

Entradas populares de este blog

Guerra Mundial Z: la victoria del plan B

Nada de invasiones alienígenas, ni metáforas de la sociedad de consumo, ni alguna otra elaborada diacronía sobre la caída de la civilización. Hagamos una película donde los zombis sean zombis, sin vueltas. Guerra Mundial Z gana cuando hace convivir dos fórmulas que parecen opuestas, pero que se complementan muy bien: 1) Menos es más. (El argumento) Sacando una o dos escenas, en las que para que el relato continúe es necesario darle forma de explicación, la película no se detiene en buscarle la vuelta al asunto de los zombis, ni desde las conspiraciones, ni desde un probable génesis científico. Tampoco se narra poniendo el foco en la supervivencia, cosa que ya hemos visto en otros ejemplares del género. Simplemente se apoya en el saber colectivo acerca de estas criaturas y elabora una interminable sucesión de giros, basados en una misma estructura: el plan A no funciona. Desde esa premisa, el relato podría ser infinito. Voy a intentar explicarlo muy brevemente y sin spoilers. Ha...

Diario #3 - La cisterna y el manantial

La cisterna contiene, el manantial rebosa. William Blake Hubo un tiempo (creo que muy breve) en el que muchas y muchos de quienes nos dedicamos a escribir incursionamos en la autopublicación digital. Los blogs ofrecían un espacio sin intermediarios, de una escritura fresca y periódica. Cada quien elegía cuánto tiempo dedicarle a la composición del blog, a la edición propiamente dicha. Conocí sitios lindos de navegar, algunos más estructurados que otros, algunos mejor organizados que otros. Algunos imitaban revistas, otros improvisaban blocks de notas. Hubo blogs caóticos en los que a veces estaba bueno perderse y también blogs minimalistas realmente muy bellos. Las redes sociales, que fueron condicionando de alguna manera nuestro modo de relacionarnos con los contenidos, finalmente reemplazaron estos dispositivos de lectura por algo que llamaron micro-blogging. Los mediatizaron, por así decirlo, cumpliendo así con su único objetivo.  No pretendo hacer de esto una especie de elegía ...

La falla es la obra

La falla es la obra. En el tempes- tuoso mar de causas y azahares una catás- trofe o quizás una casualidad hizo fallar lo inerte por un buen rato. 🐜 . ❇ (De la biblia de los bichos. Escrita en sangre de hormigas) ❇ . ❇ (Podria ser la versión final de una obra, pero no. Nunca hay tal cosa.)❇