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Mostrando entradas de marzo, 2013

Del agua vienes, al agua vas

Tal vez no sea tan acertado decir el arma del poeta es la palabra, cuando es su mirada lo que hace de él un sujeto extraordinario. Con ojo de pez, Pablo Schipani mira a las mujeres y les habla echando burbujas que no pueden sino elevarse al horizonte vertical. "Mujeres Sumergidas" es su mirada dirigida a esos personajes femeninos en cuya muerte está implicada alguna forma de inmersión. Desde Alfonsina Storni hasta Eva Duarte embalsamada, todas sometieron sus cuerpos al elemento más abundante del planeta, ese del que brotó la vida, sumergiéndose en un bucle que une la boca a la cola de la serpiente. El ojo del poeta asiste entonces al evento que las inmortaliza. ¿O será su mirada creadora lo que encuentra un principio en el final? Sea como sea, cuando todo es occidente, la poesía inventa lo inmortal.

Juan del Monte

Recién anocheció y estoy sentado arriba de un árbol en medio de un jardín que me es muy familiar. En el campo, cerca de la calle, el árbol es lo único que me pertenece –o por lo menos, el único lugar en el que tengo permitido estar–. El paisaje me es familiar, como si me hubiese pertenecido en el pasado, pero apenas tengo nueve o diez años y no tengo otro pasado que éste. No obstante, sé que toda esta casa y todo este campo me perteneció. O fue propiedad de otro Juan. Uno mayor que yo, uno previo, con el que estoy emparentado de alguna manera.  Se oyen ahora las voces de unos niños más o menos de mi edad. Vienen por la calle de tierra, arriando vacas u ovejas. Vacas, creo. Ignoro quiénes sean. No solía haber niños por aquí –aunque no tengo recuerdos claros–. Pero estos niños sí que conocen esa calle por la que andan. Se ríen, pero temen. Hay algo de legendario en esa casa frente a la cual están pasando con su ganado. Hay algo de mito monstruoso. Puedo sentir en el frío finísimo qu