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Mostrando entradas de abril, 2013

Elogio de lo inestable

El hombre del estuche. Él, metido en sus botas de goma. Su paraguas dentro del estuche. Su reloj adentro de una caja. Su cuchillo dentro de la vaina. Tendido en su ataúd parecía sonreír: había alcanzado su ideal. Antón Chéjov, Cuaderno de notas La inquietud, el desequilibrio, son los motores del cambio. Cada partícula anida alguna inestabilidad que la hace entrar en el juego. Por eso a veces, cuando una fuerza gravitacional me atrae hacia lo estático, hacia el orden y el estuche, recurro inmediatamente al obstáculo con el fin de tropezar. Es mi modo de devolverle al Caos el favor de la vida. Imagen: estatua del mausoleo de Rufina Cambaceres, Recoleta, Bs As.

Hincar el diente

Hnos. Marcos, Muerde Muertos (quién alimenta a quién) (Reseña para Tela de Rayon ) Hincar el diente a la última novela de los hermanos José María y Carlos Marcos sería tal vez la mejor forma de abordarla de no ser porque el papel no posee un sabor tan rico como lo que contienen sus páginas.  La figura del quiasmo, o paralelismo inverso, establece la relación epistolar de los dos personajes. Dos viejos desconocidos que, para resolver un asunto pendiente en el ocaso de sus vidas, se necesitan el uno al otro. El bibliófilo Blas Orbañeja, escribiendo desde Buenos Aires, y el periodista Jesús Figueras Irigoyen, respondiendo desde Salamanca. Cada uno es narrador a su vez y contribuye a completar la narración del otro. Por un lado, Orbañeja busca un incunable llamado Tratado del oficio de los muerde muertos y ha perdido a su familia por el riesgo al que lo llevó la búsqueda del libro. Mientras que Figueras Irigoyen está tras la pista de su hermano Ignacio, desaparecido en c...