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Mostrando entradas de enero, 2012

Desterritorialización

El verso, como organización espacial de las unidades de un poema, es un dispositivo geográfico-auditivo (o no lo es ni de lejos). No es un paratexto. No figura como tal en ninguna taxonomía de marcos del texto. Sin embargo, lo que esta disposición puede lograr con un texto cualquiera merece, al menos, una interpretación lúdica (para esto me hubiera convenido escribir en ingles y valerme de las ambigüedades de los términos play y game ).  Leer Deleuze-Guattari en clave de poesía. Representarlos en verso no es sino otra forma de desterritorializarlos. Un tallerismo, se diría, un entretenimiento estéril. Pero el sexo no se trata de otra cosa. Saltar  de un círculo a otro,  desplazar siempre la escena,  representarla en otra parte,  es la operación histérica  del tramposo como sujeto que responde  a la operación paranoica del déspota  instalado en su centro  de significancia  (Gilles Deleuze y Félix Guattari,...

El continuo leporino

Aira / La liebre Solo resta esperar misceláneas liebres superpuestas. Como para el políglota y naturalista Clarke, lo leporino será lo bífido, lo geminado, lo repetido. Dos reflejos enfrentados bastan para lo múltiple y así se enjendran, rizomáticas, la Aventura y la Historia. El paisaje también es signo y, parafraseando al cacique voroga, su garantía no está en su referencia a un sentido sino en el lugar que ocupa en una red. Y así cada pampa, como cada indio y cada liebre, son inmunes al rayo X de la metáfora y libres de cambiar en reduplicación continua hacia el vórtice invertido del que salieron: un horizonte legible que nos atrae irremediablemente a producir lecturas.