Muela de juicio
Es un arcaísmo, como toda legislatura, pero se
le dice así al tercer molar. Y esto es porque la muela, como el juicio, emerge
al promediar la adolescencia. Frente al juicio flamante, al entendimiento de
estreno, las autoridades recomiendan su extracción en la mayoría de los
casos. Se quita lo que duele, lo que no
encaja, lo que viene torcido, lo que llega tarde y así nos conformamos con dos
molares por cuadrante hasta que las caries logren agenciárselos
definitivamente. Pero ahí donde el
discernimiento joven había crecido de manera oblicua, ahora hay un hueco. Y
como en todo agujero, ahí habita un fantasma. Intento chupar su ectoplasma con
la parte más incómoda de mi lengua, con la más inmóvil, con la más escasa de
papilas gustativas, sólo por la nostalgia de una sensatez perdida.