El camino sigue y sigue

Textos en los que hay una cartografía indispensable que convoca una y otra vez a repasar el recorrido. A anticipar lo que tiene escrito el futuro para nosotros y vivirlo con la idéntica excitación con que se busca un tesoro. Me sustraigo a la línea, al punto de tinta china, al índice y la nomenclatura, a la advertencia, al geograma. El mapa es espacio literario y estructura temporal donde todo sucedió y sucederá cada vez que mi ojo se amolde a sus sinuosidades planas.

Alejandra sostuvo su ejemplar de La Comunidad del Anillo con las dos manos, abierto por la contratapa. Me preguntó cómo era posible que yo no tuviera un mapa. Sin la menor delicadeza, pero con indudable ritualidad, arrancó el mapa que estaba pegado al libro y lo puso en mis manos. Ella sabía que no era un producto de imprenta lo que me estaba confiando, sino la geografía misma de la Tierra Media.

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