Loop

Cada vez que Míster Anderson despierta, suena la bocina de un camión que, como dominó sonoro, despierta las voces de las demás bocinas de un embotellamiento. Parece que cada campanazo estuviera gritando ¡Despertáte! como si se tratara de un sueño dentro de un sueño dentro de otro. Míster Anderson desconoce los músculos de su abdomen porque nunca llega a sentir ese hambre con el que uno suele amanecer, aunque bien trabajados están ya que su única actividad (hace siglos quizás) es despertarse sobresaltado e incorporarse en la cama. Una y otra vez, como una serie interminable de ejercicios abdominales. Cuando cree ya estar despierto del todo, el sonido de las bocinas se vuelve líquido hasta parecer un eco proveniente de un sueño. Y no termina de acostumbrarse a ese bienestar, que ya está despertándose otra vez, como impulsado por un resorte, emergiendo a esta otra realidad en la que la bocina de un camión comienza el coro urbano.
De todas las versiones del Mesías, este era uno que quedó loopeado en ese terrible momento en que ya dejó de ser él, pero todavía no es del todo aquél.


The Matrix, Andy y Larry Wachowsky, 1999
Contrato Coloriuris

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